martes, 5 de mayo de 2009

El síndrome Joaquim Phoenix (dejen de aburrir a Hugh Laurie)

Convertirse en ermitaño no es una tarea fácil en absoluto. Conlleva ir separándose paulatinamente de la sociedad, cortando ataduras y convenciones que antes dábamos por hechas. Pero también es como lanzarse al vacío sin red, a sabiendas de que a partir de ese momento todos te mirarán como a un loco, un perturbado, un demente... Cuántos no me han mirado a mí mismo de ese modo al compartir con ellos cosas tan sencillas como que, a mis 28 años, no tengo intención alguna de solicitar una hipoteca (el moderno contrato de esclavo), me troncho ante la idea de casarme por la iglesia y no se me pasa por la cabeza el procrear (donde esté un buen perro...). O que no, no pienso comenzar a reciclar para sentirme mejor conmigo mismo y ser moderno.
Siempre se ha dicho que en los manicomios hay más cordura que en ningún otro sitio, y que el mundo fuera de sus muros no es más que una institución mental en potencia. Todos caminamos sobre el finísimo hilo del desequilibrio y la locura, por eso precisamente admiro a quien no ha nacido para funambulista y se deja caer al vacío inevitable. Y el último en hacerlo, y de qué manera, ha sido Joaquim Phoenix (si no lo conocéis, y dicho vulgarmente, el malo de Gladiator o el hermano de Mel Gibson en "Señales"). Este actor, del que poco se sabe de su vida personal más allá de ser el hermano del malogrado River Phoenix (su prematura muerte a la salida de una discoteca conmocionó a Hollywood), fue invitado al programa de David Letterman y ocurrió... bueno, lo podéis ver por vosotros mismos. Joaquim se presentó con un aspecto un tanto curioso, poco hablador y desconcertado. Atentos a la entrevista porque no tiene desperdicio:



"¿De qué se ríe la gente?", acierta a decir en un momento el pobre Joaquim. Y es que el presentarte en un late show negándote a seguirle el juego al gracioso de turno y sus estúpidas preguntas no podía desembocar más que en la hilaridad de la audiencia y del propio presentador. Cosa que aprovechó Ben Stiller en los Oscar para sacarle tajada al asunto, la diferencia es que Stiller tiene gracia y Letterman, desgraciadamente, no:



Algo parecido le va a acabar pasando al pobre Hugh Laurie, condenado por toda la eternidad a repetir una y otra vez la misma entrevista cuando acude a un programa. Básicamente sólo le preguntan por tres cosas: si es verdad que es inglés, no americano; si va a traer a su familia a vivir a Estados Unidos, y si es verdad que su padre era médico. No hay más que ver la cara de Laurie cuando una y otra vez es bombardeado con las mismas memeces cuando todo el mundo espera que haga de House y responda con sarcasmo:



Podrían preguntarle, por ejemplo, por la época en la que tenía uno de los mejores programas de humor de la televisión, A Bit of Fry and Laurie, en el que junto con Stephen Fry realizó gags antológicos y siguen siendo, junto con los Monthy Python, mis humoristas favoritos de televisión. Como muestra, un botón (bueno, varios):

El mítico Mr.Nipple


Y mi favorito, la canción "Mistery" de Hugh Laurie:


Llegados a este punto, seguramente os preguntaréis a qué ha venido la absurda introducción del ermitaño y todo eso si luego era una excusa para poner vídeos graciosos de Youtube. Yo también me lo pregunto.

2 comentarios:

  1. Misteryyyyyyyyyyyy, no tenía ni idea de que este hombre tenía una vida profesional anterior, supongo que nos pasa a todos un poco, parece que haya nacido house. La canción no tiene desperdicio, mu graciosa. Besos. Soy la Silvi, la pequeña perra callejera.

    ResponderEliminar
  2. Soberbio. Creo que hasta me he hecho pis encima :-)

    ResponderEliminar