domingo, 14 de octubre de 2012

Lo que sé del olvido

Si fuera otro tipo de persona me olvidaría del mapa que me diste una vez. Es bastante sencillo, apenas unos garabatos, y aunque lo memoricé desde el primer momento aún lo conservo. Si fuera otro tipo de persona, un espeleólogo tal vez, y tuviera mi mente ocupada en mis estalagmitas y estalactitas, hubiera enterrado tu mapa hace tiempo bajo montañas de escombros y recuerdos. Languidecería en un cajón con el pomo oxidado, criando polvo en la oscuridad. Quizás algún día sin que yo lo sepa, mientras esté en la cocina preparando espaguettis o tumbado fuera mirando a la Luna o riéndome de un chiste que me cuentan, un ácaro recorra su superficie imitando cómicamente la ruta que siempre he querido hacer.
Si fuera otro tipo de persona no encontraría un doloroso placer en leerlo a diario, volver sobre sus trazos y sus curvas, posar las yemas de mis dedos en el punto de partida y recorrerlo hasta el final. Y dejarlo sobre la mesa y ver cómo el sol proyecta sobre el viejo papel nuevas sombras que nunca había visto y sí, claro que espero que a determinada hora en determinado ángulo los rayos de luz formen una respuesta que despeje el misterio porque tu mapa, como todo buen mapa, no te dice a dónde llega sino por dónde se va.
Si fuera otro tipo de persona no soñaría un sueño terrible en el que se me olvida el mapa de mi cabeza y se me olvida que lo escribiste, quizás por eso lo conservo, para saber que existe y que por ende tú existes y para saber que no soy ese tipo de persona que te olvidaría. Pero qué miedo me da el Tiempo no por olvidarte, sino por imaginar que cuando lo olvide todo
tú seas lo único que recuerde.

2 comentarios:

  1. La princesa del bufón29 de enero de 2013, 0:49

    Cuanto más lo leo, más me gusta. ¿Será grave?

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    1. Lo que más me gusta no es que lo leas ni que te guste, sino que vuelvas a leerlo ;-)

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